¿Y quién no se merece un mini-momento de placer? Pues eso. Gran parte de nuestros premios o consuelos con comida se lo agradecemos a la publicidad, en realidad gran parte de lo que comemos es gracias a ella!

La siguiente foto la tomé a la salida del metro de plaza Cataluña, Barcelona, lugar de paso habitual. Después de muchas horas de formación, adivina adivinanza que me apetece comer... Pues no, chocolate ya no! pero no es gracias a estos anuncios, más bien a la Alimentación Consciente (Mindful Eating).

Yo me engañaba diciéndome "me lo merezco", "porque yo lo valgo", "faltaría más", "quién me lo va a prohibir", "mi cuerpo me lo pide"... Lo cierto es que no tiene nada que ver con nuestras necesidades reales. Y precisamente la publicidad no te hace más libre. Libre no es hacer lo primero que se te pasa por la cabeza, libre es ver un Magnum y preguntarme si de verdad tengo hambre. Ser libre es poder elegir conscientemente, sin dependencias ni enganches.